Mi ultimo post ” Reiventase a los 45” lo concluí comentando que me encontraba actualmente en un período de transición laboral hacia un nuevo sector, pues bien, estando inmerso de lleno en la actividad previa a su puesta en marcha , espero aprender mucho de mis errores (pues los cometeré), teniendo la esperanza de que estos se vean minimizados por las ganas, entusiasmo ,ilusion y pasion con que afronto este nuevo reto profesional del cual soy partícipe .
Esta ilusión, pasión , emoción y entusiasmo siempre la he querido transmitir a mis colaboradores y a los componentes del departamento de cajas en las numerosas aperturas en las que he participado, haciendoles ver el reto e importancia del proyecto del que eran partícipes, para los planes de desarrollo de la empresa y como ventana a un posible desarrollo profesional.
En mis 15 años como responsable de cajas he tenido 16 responsables directos entre directores y gerentes , de los cuales 4 los podría catalogar como líderes, y de esos 4, sólo 2 como líderes con capacidad de emocionar, de transmitir emoción en cada una de sus acciones, siendo capaces de acompañar y dejarse acompañar por un equipo de colaboradores dispuesto a asumir todos los retos por dificil que estos fueran, siendo capaz de inspirarnos y conducirnos hacia el objetivo marcado.
Siempre recuerdo con cariño a dos directores los cuales tenian un estilo de dirección muy parecidos, ellos son Manuel Muñoz de la Camara y Santiago Martín Sanz , ambos eran optimistas sobre todo en epocas duras, eran incapaces de ignorar las emociones de otros, porque esas emociones tambien las hacian suyas. Ellos siempre mostraban empatía hacia su equipo de colaboradores , sabiendo que a través de esta capacidad , eran capaces de construir relaciones interpersonales (tan necesarias) para conseguir los objetivos por los que todos aunamos esfuerzos.
Sus conductas eran serias a la vez que rigurosas. Recuerdo:
- Como eran capaces de reconocer el esfuerzo personal o aunque los resultados no acompañaran.
- Capaces de felicitar personalmente a un compañero delante del grupo, haciendo participe a este de esa feicitación (inyección de motivacion en vena en mi caso).
- Poseían una gran facilidad para relacionarse con su equipo.
- Eran capaces de transmitir calma y serenidad ante dificultades serias, sabiendo en todo momento guiar al equipo señalando el camino a seguir.
- Eran capaces de dar ejemplo y hacian responsable de los exitos a su equipo.
- Eran exigentes en los objetivos, calidad y excelencia de los resultados, pero humanos con las personas y equipos.
- Capaces de asumir en primera persona la no consecucion de objetivos.
- Capaces de estimular la iniciativa como se suele decir “Mas vale pedir perdón que pedir permiso”
- Aprendian de sus errores y eran capaces de tomar las medidas necesarias para que no volvieran a repetirse.
- Sabian reconocer y asumir sus errores.
- Nuncan necesitaban imponerse , nunca “si porque si”
- Comunicaban con frecuencia, y poseían claridad en la visión del proyecto, explicando el porque de las cosas, motivando al equipo y reconociendo la importancia de cada proceso para conseguir el objetivo.
En definitiva Manuel y Santiago tenían la facilidad de transmir cualquier proyecto, haciendo que todos nosotros fuesemos capaces de ilusionarnos, asumiéndolo como algo nuestro, y todo porque eran capaces de elevar nuestra autoestima, haciendo que confiaramos en nosotros mismos , pues entiendo que muchas tareas deben ser puestas en manos de nuestros colaboradores no pudiendo confiar en ellos si no confiamos antes en nosotros.
Esta claro que debemos poner pasión en lo que hacemos, así nos lo transmitían Manuel y Santiago y de igual forma estábamos en la obligación de transmitirlo a nuestros colaboradores.
Estos directores emocionaban, eran capaces de movilizar equipos, inspirándo con sus actos, eran expertos en cuidar relaciones entre el equipo y todos los colaboradores de las distintas secciones.
Lo más importante para mi es que eran capaces de reconocer, valorar, dar sentido a cada individuo del equipo, sinceramente creo que desgraciadamente no estamos acostumbrados a ello , pero hacerlo marca una gran diferencia. Manuel y Santiago eran directores que hacían que te apasionase tu trabajo, no te importaba dar más, esforzarte más, dar ese plus… porque intuías y sabias que siempre estaban ahí para lo que pudieras necesitarlos.
De todo lo anterior viene el compromiso, el cual se refuerza gracias a la capacidad de irradiar al equipo experiencia, seguridad, autoconfianza, control emocional, y templanza.
Por todo ello quiero agradecer y reconocer a través de este post ,el gran trabajo que hicieron durante la etapa en la que tuve la suerte de trabajar con ellos .
En definitiva, si te encuentras con algún director como Manuel o Santiago, estás de enhorabuena, aprovéchalo, disfrútalo, aprende y empápate todo lo que puedas de él, porque este tipo de directores son, dada su profesionalidad personas hacen empresa, y lo mejor de todo … son mejores personas que profesionales , solo por una razón … porque trabajan por y para las personas importándole lo suficiente para estar cerca de ellas.
El problema es que hay jefes que siguen creunedo que suscolaboradores trabajarán más imponiendo la “cultura del miedo” y no se dan cuenta de que tendrán más gente remando a favor de esos proyectos de los que son responsables con un “buenos días””que tal?” que echando broncas de 10 minutos al último mono por detalles subsanables prestando atención.
Totalmenbte de acuerdo Dani.
Yo he tenido un par de directores de los “del miedo”. El penultimo Director que tuve era penoso y patético, por no dar mas adjetivos. Creo que todo motivado porque son personas inseguras de sus actos, ya que no conocen otra forma de dirigir, que a su vez, es la que ha aprendido de sus superiores, siendo la base de su estilo de dirección amedrentar a sus colaboradores e intentar salvar su culo por todo lo alto . Si a eso le añades un deparamento de RRHH que se pone de perfil mirando hacia otro lado, este se convierte en complice de todas sus acciones llegando al coctel perfecto para que mas de una trabajador (como era mi caso) se planté si merece la pena seguir en la empresa, sobre todo cuando no es respetado, minando a su vez autoestima y dignidad.
Gracias Dani por tu aportacion.
Un saludo